jueves, 17 de febrero de 2011

LAS ALGAS: LAS VERDURAS DEL MAR


Las algas siguen sus ciclos sin necesidad de siembras, trasplantes, abonos, riegos, ni tratamientos con pesticidas. Hoy en día se conocen más de 24.000 especies de algas, de las cuales sólo un reducido número se utilizan para la alimentación humana o con fines medicinales.
Las algas poseen el pigmento verde llamado clorofila y son capaces de producir su propio alimento mediante la fotosíntesis, necesitando de luz solar para desarrollarse.
Estas importantes características permiten clasificar las diferentes especies de algas de acuerdo con su color, el cual depende de la profundidad del mar en la que vive o, lo que es lo mismo, las radiaciones luminosas que recibe según las cuales se establece todo su metabolismo.
Estas saludables verduras de agua dulce o salada poseen diversas sustancias coloradas que tienen la tarea de captar la energía luminosa y aprovecharla por medio de reacciones fotoquímicas. Lo que hace que las algas no sean sólo un importante alimento para nuestro metabolismo físico, sino también para nuestro metabolismo de luz, es decir, al igual que la verdura fresca que ha crecido de forma natural y la fruta madurada al sol son ricas en energía solar, algunas algas también almacenan energía luminosa (biofotones) que se transmiten a las células, expresándose mediante una sensación de vitalidad y bienestar.

Propiedades dietéticas de las algas
Las algas son las verduras con más alto contenido en sales minerales y oligoelementos. Son ricas en yodo, hierro (100 gramos de algas nos aportan dos veces más hierro que 100 grs. de lentejas) cobalto, magnesio, calcio, fósforo y potasio. Con 100 grs. de alga Hiziki aportamos 1400 mg. de calcio ante los 100 grs. que aporta la leche, y con 1 gramo diario de alga Kombu obtenemos el aporte suficiente de yodo para garantizar el equilibrio de las glándulas endocrinas. Oligoelementos como el zinc, necesario para la correcta secreción y asimilación de la insulina; el hierro y el cobalto, encargados de evitar la anemia, o el silicio y el calcio, imprescindibles para fortificar los huesos, uñas, piel y cabello, se encuentran presentes en las algas.
Una cucharada sopera diaria de algas abastece al organismo de todos los minerales y oligoelementos esenciales indispensables para un correcto metabolismo celular.
Las algas más ricas en clorofila son la espirulina y el alga azul Klamath. La clorofila activa las enzimas del cuerpo que intervienen en la asimilación de los nutrientes para transformarlos en energía, ayuda a purificar la sangre e incrementa la formación de hemoglobina, evita la contracción de los vasos sanguíneos y aumenta el rendimiento muscular y nervioso.